domingo, 17 de octubre de 2010

La conducta se puede explicar socialmente

Hablar de Psicología social moviliza imágenes que yo podría centrar en dos categorías: imágenes que muestran un conjunto de personas que denominamos “grupo” y conjuntos que reconocemos como ideologías. Un ejemplo de la primer categoría es la familia, de la segunda; los nazis. Así, la Psicología social nos lleva a pensar, desde un primer nivel, en grupos e ideologías. Pero ¿cuál es la relevancia de hablar sobre grupos o ideologías? La importancia radica en que el grupo favorece y satisface las necesidades básicas afectivas y productivas, desde la reproducción hasta el sustento. Cualquier acción; emocional, afectiva, imaginaria o ideológica se define siempre a través del otro, porque las relaciones siempre son circulares, en mutua dependencia. Pero hablar solamente de grupos o ideologías es un objeto de estudio propio de la Sociología puesto que estamos hablando de estructuras relacionales y sistemas culturales. Lo propio de la Psicología social es hablar de cómo el individuo interactúa con el ambiente social adaptándose y formando parte activa en una relación práctico-material. ¿Cómo interactúa el individuo? Pues lo hace a través de una conducta, pero su conducta no es la de un autómata sino que está permeada por emociones, motivaciones, influencias, ideas, valores que lo ayudan a acotar su interacción con los otros dando forma y matices a su pensamiento. Entonces, si todas las interacciones se encuentran en una relación circular entre el individuo y su medio ambiente social, la conducta de cada individuo se puede explicar socialmente pero no como lo hace la Sociología, basándose en datos externos, sino que lo hace explicando la dimensión de la asunción de lo exterior interiormente. ¿Por qué ésta dimensión? Porque los individuos y los grupos elaboran la exterioridad mentalmente y luego actúan en consecuencia.
Desde ésta dimensión y con el objetivo de explicar la conducta socialmente, ahora podemos hablar de la importancia de las normas y valores culturales que organizan la vida del sujeto en función de criterios de clasificación, esto es, de categorización.
La categorización se encuentra en dos dimensiones de un mismo proceso, una de interioridad, psicológica y otra de exterioridad, social, al mismo tiempo que el individuo organiza su psiquismo también va organizando y modelando su identidad; que es un proceso psicosocial. ¿Cómo la hace? ¿Cómo asume la exterioridad interiormente, la elabora y se conduce a través de otros? Desde la más temprana infancia, el sujeto internaliza que su comportamiento puede traerle aprobación y satisfacción o, por el contrario, desacuerdo y culpa con su respectivo castigo. El infante va a definir su yo y sus roles en función de su relación con la madre primeramente y, después con los demás, ya que es introducido en un sistema de valores y creencias donde es motivado por el deseo de mantener relaciones gratificantes. Se mantiene en el sistema porque la cultura tiene una gran ventaja: proporciona organización, estabilidad y armonía que son imprescindibles para el sujeto porque se organizan y regulan las relaciones del grupo evitando la autodestrucción y la destrucción del entorno. Así, cada sujeto dentro del grupo y cada grupo logran acentuar similitudes y diferencias con respecto a otros individuos y grupos.
Hasta este momento, yo no he encontrado alguna división posible entre lo individual y lo social, más aún, no creo que sea posible tal partición, puesto que la estructura bio-psicológica de cada individuo es la base de la vida social. No puede existir una sin la otra.
Si la conducta se explica siempre por una relación existente entre individuos y cosas en un entorno, no encuentro cabida para ver al individuo o grupo como determinado por estructuras sociales, pues estas pueden regular el comportamiento pero son susceptibles a ser modificadas o anuladas cuando el individuo y luego los grupos perciben que son obsoletas para su interacción.

Xanya Montes González.

jueves, 15 de julio de 2010

Sobre la epistemología de la Psicología Social.

A través del tiempo la humanidad ha deseado predecir y controlar todos aquellos fenómenos que le perjudican o le benefician buscando hallar la seguridad, la verdad. Muchos son los hombres que, a través de su observación, han tratado de clasificar y catalogar el producto del conocimiento ideológico con el objetivo de que se atine a responder bajo la utopía de pronosticar asertivamente. Ahora bien, para que una idea o pensamiento se convierta en algo cierto, para que el conocimiento ideológico producido por hombres que observan se convierta en real o bien sea reconocido por los otros como real y verídico, la humanidad ha confiado sólo en lo que se puede demostrar tangiblemente, esto es, la humanidad adoptó el método científico para creer, para convencerse de que el conocimiento planteado es real.
¿Cuál es la forma de explicación científica que le corresponde a la Psicología Social? ¿Cómo es que se constituye como ciencia? De dar respuesta a estas preguntas se encarga la Epistemología de la Psicología Social. La Epistemología nos va a dar cuenta de la lógica del saber de la Psicología Social a través de especificar claramente de qué está hablando. ¿Cuál es su objeto de estudio? ¿Cuál es el discurso que la diferencia de las demás ciencias humanas? ¿Por qué Psicología Social? Ya desde el nombre de nuestra ciencia nos encontramos ante dos niveles que pudieran resultar confusos o predominantes uno sobre otro.
La Psicología Social va a estudiar cualquier tipo de relación psicosocial, esto es, va a explicar los fenómenos sociales desde la dimensión interna de los seres humanos, la psique y la dimensión social, que se refiere a la práctica externa, al rol, a cómo los individuos se relacionan con su entorno. Es Psicología Social porque el individuo y su medio ambiente se encuentran en constante interacción dentro de una relación dinámica, donde el individuo interioriza lo externo, el afuera, para organizar sus procesos psicológicos internos y, luego, exteriorizar lo recibido cargándolo de su propia interpretación de la realidad.
Pero volviendo al estudio de las relaciones humanas, a la necesidad de predicción y control, tenemos que abrirle paso a los diferentes niveles que desde sus perspectivas, han contribuido a la constitución de la Psicología Social como ciencia.
Empezaré por abordar un breve recorrido situándonos en 1798 en Francia, para explicar un poco sobre el observador August Comte y entender un poco más por qué las ciencias humanas se encuentran ante la necesidad de adoptar el método científico para validar la producción de conocimientos.
Comte se encuentra ante la ignominia de un sistema regido por las leyes de Dios, o sea, todo sucede porque así lo quiso el Señor. Todo el conocimiento humano está detenido sin vistas al progreso humano. Es por esto que se las ingenia para conferirle a la Sociología un carácter científico a través de estudiar los hechos sociales por vía de lo que llama Positivismo. El positivismo es el estudio de los hechos y fenómenos sociales observando cómo se relacionan entre sí las acciones humanas en aspectos materiales de la realidad. Digamos que propone que el estudio de los hechos sociales debe tener como requisito indispensable ser observables materialmente. Desde esta perspectiva, los observadores de las relaciones y producciones humanas trataron de someter sus observaciones e investigaciones al método positivista o científico. Desde el Positivismo de August Comte pasaremos a los orígenes de la Psicología experimental.
Trasladémonos a Leipzing Alemania, al primer laboratorio de Psicología en el año de 1789. Wilhelm Wundt es un fisiólogo interesado en la Psicología, propone la introspección como medio para conocer la mente y sus procesos. Toma como objeto de estudio de la Psicología a los estados de conciencia. Wundt logra establecer que el conocimiento de los procesos mentales básicos y superiores es posible si se mide con aparatos adecuados y el análisis va de lo manifiesto a lo latente. Para él todo se puede medir por sus efectos. Hasta aquí nos referimos a sus aportaciones puramente psicológicas, interiores, pero su planteamiento también va enfocado a los datos externos. Cuando Wundt se encuentra con los procesos psicológicos superiores como el lenguaje, va a enfocar su mirada en la realidad externa, a los productos colectivos y es aquí donde el va a interesarse por la Psicología de los Pueblos. Este es un momento decisivo para las ciencias sociales y principalmente para la formación de la Psicología Social. Wilhelm Wundt es el padre de la Psicología Social porque, aunque ya existían algunos estudios sobre fenómenos de masas o psicosociales, es Wundt quien dota de nivel científico a los procesos sociales confiriéndoles la sistematización. Wundt va a estructurar su cuerpo teórico en el Positivismo ¿Qué dice el Positivismo con respecto a la ciencia? Que el conocimiento de las ciencias es verdadero y su metodología va a ser lo que va a llevar a éste conocimiento, es decir, un conocimiento verificable, contrastable, medible.
A partir de este momento muchos investigadores que se forman bajo la dirección de Wundt o en su laboratorio van a interesarse por fenómenos y procesos tales como la educación, el aprendizaje y toman como objeto de estudio a la niñez, la formación de masas, la agresividad y la conformación de grupos. Para dar cuenta de estos objetos de estudio basándose en los principios positivistas, encontraron como la opción más clara y verificable la conducta. Entonces, la Psicología va a encargarse del estudio de la conducta y los procesos mentales. Más allá de esto, las investigaciones y aportaciones se dividen en: las conductas manifiestas como la agresividad y las conductas ocultas como el pensamiento o los recuerdos. Pero ya no se pierde de vista la importancia de lo Social en el psiquismo humano.
Así aparecen autores como Gabriel Tarde en 1890, interesado en la imitación y descubrir las leyes que rigen lo social. Aporta en 1898 el libro titulado Escritos de Psicología Social, explica el comportamiento de los individuos por la imitación, donde existen personas inventivas; que serán los líderes y personas repetitivas; que sólo pueden adaptarse al entorno a través de la imitación. Para él las relaciones sociales se dan porque el yo del individuo es impresionado por otro yo produciéndose así la denominada Interpsicología.
Gustave Le Bon, que para 1895 publica la obra titulada Psicología de las multitudes, analiza el comportamiento de las masas. El va a describir el fenómeno de masas como un grupo de personas que pierden su individualidad, exaltando un “alma colectiva”. En la masa los integrantes descienden en la escala de la civilización, siendo fácilmente influenciados, convirtiéndose en bárbaros. La masa se va a convertir en un ente crédulo e impulsivo, irracional e infantil. Su postura es vitalista así que, para él, el comportamiento de cada raza está regido por su propio espíritu o alma existiendo razas inferiores y razas superiores.
Pero es Sigmund Freud quien mejor articula la relación psicosocial y da una explicación contundente sobre lo colectivo y, principalmente, sobre la realidad Psicológica que lleva a los individuos a conformar una masa. En Psicología de las masas y análisis del yo, publicado en 1923, Freud explica las relaciones psicosociales a través de lazos libidinales. El líder o jefe de un grupo es visto a nivel inconsciente como un padre simbólico. Y en su prólogo afirma que toda Psicología es Psicología social porque en el psiquismo de cualquier individuo siempre está implicado el otro. Entonces la masa y los grupos se conforman por amor a través de lazos libidinales. La Psicología que Freud propone va más allá de la conducta, para él lo importante es la creación de un método de intervención que cure los trastornos de la vida psíquica. Propone al inconsciente como objeto de estudio fundando la teoría Psicoanalítica.
Retomando lo ya visto sobre el Positivismo y recordando que el estudio del individuo se basó en la conducta es momento de abrirle paso a otro nivel de explicación llamado Conductismo, surgido en 1912. Este surge de la Psicología experimental de Wundt y su laboratorio. Entre los observadores más representativos del Conductismo encontramos a Watson que creía que mientras más se acercara el estudio de la conducta al positivismo más solvencia como ciencia adquiriría la Psicología. Las ideas de Watson se ven influenciadas por las leyes de Thorndike y los experimentos de Pavlov que vienen desde la idea de una Psicología comparativa (animales-seres humanos). Para Thorndike el proceso de la conducta no está intervenido por las ideas sino que los individuos seleccionan los estímulos y su respuesta tiene que ver con una conexión que hacen frente al medio ambiente. Su objeto de estudio sería: selección = a estímulo, conexión= a respuesta, donde lo importante es que la conexión se debilita o se fortalece según las consecuencias satisfactorias o insatisfactorias. Así, la conducta es medible, observable y predecible porque la respuesta motiva la continuidad de la conducta o bien puede ser eliminada a través del castigo o sanción. Pavlov es un fisiólogo ruso que investiga los jugos gástricos. En 1904 es nombrado premio Nobel de Fisiología por su ley de los reflejos condicionados. De ésta ley Watson toma conceptos como el de estímulo para fundamentar sus leyes. Quedando, como paradigma del Conductismo, la observación de los estímulos y las respuestas (E-R). Para el Conductismo no se pueden observar ni verificar todos aquellos procesos que son intangibles como los sentimientos, las emociones y el pensamiento.
Para 1930 el Conductismo es modificado por nuevas aportaciones que seguirán siendo un paradigma vigente hasta nuestros días. El Neo-conductismo cuyo principal exponente es Skinner. El conductismo en su primera etapa se ocupaba del estudio de la conducta como medio para sistematizar el conocimiento de las relaciones humanas. Ahora el Neo-conductismo va a poner el acento en la motivación de los actos. Skinner va a investigar ¿cuáles son las causas y los efectos que rigen la conducta? El objetivo es la predicción de las conductas y el control social con la intensión de dar soluciones a las necesidades sociales del gobierno de E.U. Se busca establecer esquemas referenciales que predigan la conducta tratando a los individuos como seres determinados por el medio ambiente.
Lo hasta aquí expuesto tiene que ver con el origen de la Psicología. Ahora, es momento de hablar de los planteamientos que van de la experiencia del laboratorio al estudio, práctica e intervención de los grupos. Pasaremos de la Psicología cognitiva a la Psicología Social propiamente dicha.
El cognoscitivismo o Psicología cognitiva emerge en 1933 y predomina más o menos hasta 1960. Postula que todos los seres humanos tienen la necesidad de organizar sus facultades sensoriales, su realidad. El cognoscitivismo surge como un aporte teórico alternativo al Conductismo incluyendo al estudio de los procesos mentales como la percepción, la sensación, la memoria, el pensamiento, resolución de problemas, etc. El paradigma quedaría así: Estímulo-Organización-Respuesta. La respuesta sería el resultado de la acción real del individuo sobre su entorno como un reflejo interno. Para no confundirnos con el planteamiento será necesario explicar al cognoscitivismo por su introductor, el médico, biólogo y filósofo Kurt Lewin.
Lewin se forma en Alemania pero es en E.U que desarrolla sus teorías. Para él existe un “espacio vital”. Este es un concepto que utiliza para representar a la totalidad de los hechos que determinan la conducta del individuo en un momento determinado. Con espacio se refiere al ambiente de la persona tal y como ésta lo percibe subjetivamente. De aquí pasa a las relaciones del individuo con su ambiente postulando La teoría del campo grupal, donde existen fuerzas que determinan el comportamiento. Este comportamiento deriva de las fuerzas existentes para el individuo en el campo presente. Para avanzar en el terreno de las relaciones grupales va a hablar de Dinámica como lo generado por el grupo en el grupo dadas las fuerzas que en él actúan. Esta dinámica es lo que determina el comportamiento del grupo. Existen dos aspectos en la dinámica: los estáticos que se refieren a su finalidad, nombre, estructura constitucional, y los dinámicos que son sus cambios, sus interacciones, sus reacciones y lo que están haciendo. La determinación se refiere a que la dirección del movimiento del grupo depende de las fuerzas interiores y exteriores del mismo grupo.
Lewin va a plantear que la investigación profesional de las ciencias sociales debe basarse en la aplicación del conocimiento, utilizando lo que denominó “Investigación-Acción”, con el objetivo de lograr, en forma simultánea, el avance del conocimiento y cambios en las relaciones sociales. El método de la “Investigación-acción consiste en recolectar datos, analizarlos, conceptualizarlos, evaluarlos, planear y ejecutar la intervención en el grupo. Con este método Lewin contradice las ideas vigentes sobre la verdad científica y propone que los sujetos de la investigación debían ejercer un papel central en la formulación y generación del conocimiento. De este planteamiento surge el Centro de Investigación en Dinámica de Grupos, en 1946.
El aporte de Lewin es fundamental para la Psicología Social ya que desde esta perspectiva teórico-metodológica el sujeto de estudio queda integrado en la investigación con su propia subjetividad, abriendo paso a la investigación de procesos como la atribución, influencia social, categorización y estereotipos, por mencionar algunos, que son objetos de estudio propios de la Psicología Social.
Usaremos todo lo dicho para contextualizarnos en la actual Psicología Social, su método y su aplicación. Serge Moscovici es el Psicólogo Social vivo más importante actualmente. Propone la teoría de “Las representaciones sociales” para fundamentar que la Psicología Social estudia y analiza los fenómenos que son simultáneamente psicológicos y sociales. Para entender mejor lo planteado por Moscovici analicemos las aportaciones que lo ayudan a plantear su teoría.
La teoría de George H. Mead. El Conductismo social.
Mead fue el primero en insistir en que la conducta de un individuo se explica psicológicamente en términos sociales. Mead hace una explicación dialéctica de la mente individual a través de la interacción social. Lo pudo hacer porque, además de ser discípulo de Wilhelm Wundt, padre de la Psicología social, su formación intelectual incluía el haber estudiado profundamente a Hegel; filósofo de la modernidad. Hegel señala que el ser humano es social porque es autoconsciente, tiene consciencia de sí. Los individuos se definen a sí mismos a través de otro, existiendo siempre un vínculo social. La idea que propone Hegel es que la relación social es interior, forma parte estructural de la conciencia interior. Esto es lo que retoma George H. Mead de Hegel para llevarlo a la Psicología Social. Para Mead, todos los seres humanos se representan algo en la cabeza. Cada individuo tiene representaciones simbólicas, cada vez que interactúa se forma una idea interior de la realidad. Esta representación o símbolo va de vuelta al exterior cargada de subjetividad, esta es la interacción. Por eso a su teoría la llamaron “Interaccionismo simbólico”. El paradigma quedaría así: el sujeto asume la realidad exterior, la elabora mentalmente y luego la exterioriza en una nueva acción. Para Mead la Psicología Social va a explicar la exteriorización, por eso el objeto que le es propio a la Psicología Social sería la interacción.
Como lo importante es la representación mental de la realidad que tiene el sujeto, Moscovici va a denominar a su Psicología “Escuela de las representaciones sociales”. La teoría de Moscovici explica a la representación social como una modalidad particular del conocimiento, cuya fusión es la elaboración de los comportamientos y la comunicación entre los individuos. Moscovici explica su paradigma con un modelo tríadico: Individuo-Alter-Sociedad.
Me parece que la máxima aportación que se puede concluir de los diferentes desarrollos que han dotado a la Psicología Social de método y objeto de estudio, es que con cada una de las obras de éstos autores se está construyendo una Psicología Social consecuente, incluyente que está aprendiendo a basarse en la dialéctica de la exterioridad y la interioridad. ¿Cómo poder dar cuenta de los fenómenos sociales desde la perspectiva de la Psicología Social? Pues planteando siempre a un Yo que requiera del nosotros.

Xanya Montes González

sábado, 20 de marzo de 2010

Tuétano de la Psicología Social.


Cuando se habla de Psicología Social lo primero que llega a la mente son los grupos, grupos de toda clase, qué hacen los grupos, cuál es su objetivo o meta, si son o no poderosos y, sobre todo, se piensa en su ideología, qué tipo de grupo es; por qué se formó ese grupo, qué quiere obtener el  grupo. También, se puede pensar en los grupos por sus problemas y el modo de intervenirlos, por sus relaciones interpersonales negativas, terapias grupales, etc.
Pero es con los experimentos de Solomon Asch y Musafer Sherif que encuentro el tuétano de la Psicología Social. Antes de interiorizar sus aportaciones teóricas y metodológicas mi concepción de lo grupal se encontraba más enfocada a los datos externos, sociológicos que no me permitían encontrar  la esencia de mi carrera. Ahora puedo observar que lo esencial de la Psicología Social no es la descripción que pueda dar sobre algún fenómeno sino la explicación del proceso por el que sucede el fenómeno y ésta explicación se encuentra en la organización cognitiva individual en la que, como demostraron Asch y Sherif, siempre está implicado el otro. Los individuos reorganizan, remplazan  y adaptan sus representaciones de la realidad para estar en armonía con la realidad social.  Esto también acorta la distancia con el término social, ya que estos experimentos demuestran que lo social  no es un concepto abstracto sino una relación del sujeto con su prójimo en momentos específicos espontáneos o cotidianos. Relación que inicia en las emociones, pasa por la reflexión y aterriza en la conducta.
Pero ¿qué es lo que estimula u obliga a un individuo a tomar posición ante los otros?
La respuesta a esto la encuentro en el concepto de Influencia. Cuando hablo de Influencia me refiero a la manera en que los esquemas referenciales del individuo son modificados  o afectados por el otro, por su entorno, en momentos específicos y que lo llevan a un cambio en su conducta o en su actitud.
Si bien los experimentos de Asch sobre “Conformidad” y el de Sherif sobre la formación de las normas representan en sus resultados que los individuos necesitan estar en acuerdo y no en oposición al grupo y que la Psicología Social se hace en la acción y no solo en la observación,  su mayor aportación la encuentro en que cimentan las bases para una teoría que explica al sujeto no como un ente incapaz de reflexionar, sino que explican al sujeto como un individuo que está en constante interacción, necesitado de sentimientos, pensamientos y conductas que le aporten identidad, que testifiquen su existencia. Me refiero a la teoría de “La influencia informativa” (J.C. Turner, 1987). Turner explica que la influencia informativa es el proceso por el cual el individuo modifica las incertidumbres de sus esquemas referenciales introduciendo en su pensamiento las creencias y opiniones de los demás, aceptándolas como evidencias de la realidad, conduciendo al individuo a un cambio en su actitud. Cambio producido no por sumisión sino por identificación. El sujeto asume la información del otro como correcta, verdadera.
Pero ¿cómo explicar que los individuos actúen en oposición a su propia valoración de la realidad? Si todos los seres humanos poseemos la capacidad de reflexionar  y podemos emitir juicios a favor o en contra de lo que opinan o hacen los demás, entonces debe haber una variable o estímulo que obligue al individuo a conformarse. Esta pregunta encuentra respuesta en los planteamientos de C. Kelman sobre “los procesos de conformidad”.  Para él existe un proceso llamado “Sumisión” que se da cuando el individuo acepta modificar su conducta esperando conseguir algún beneficio, retribución o reacción por parte del comunicante. El sujeto necesita estar en acuerdo para conseguir sus propios objetivos. El otro tiene los medios para premiar o castigar, dar o quitar algún beneficio del sujeto.
Así, las aportaciones teóricas y prácticas de los autores mencionados contribuyen a la demostración de que el ser humano no se somete ante los demás por ser irracional sino que actúa motivado por su esencia, el ser humano es esencialmente social y, es por esto que, siempre va a existir en él la necesidad de estar en acuerdo y no en contra de su grupo social.

Xanya Montes González



lunes, 21 de diciembre de 2009

¿Te cuento por qué me comporto tan mal?

Cuando escuchamos los problemas sociales y económicos que todos los días se viven en la zona de Iztapalapa no se puede hacer menos que reflexionar sobre ¿Qué puedo hacer para mejorar la situación? Los informes de los noticieros, los datos estadísticos del INEGI y los comentarios de los vecinos de Iztapalapa coinciden en un aspecto: La transgresión a los derechos humanos.

Si bien es cierto que son los adultos los que transgreden los derechos infantiles, estamos olvidando que éstos adultos fueron niños y que en esa etapa de su vida también fueron transgredidos sus derechos. ¿Qué es lo que imposibilita a los adultos para que puedan ejercer buenos tratos y respeten los derechos humanos? Me parece que el problema que se nos presenta es, justamente, saber qué les pasó, para poder intervenir de manera eficaz.

Los seres humanos somos biológicamente aptos para dar y recibir buenos tratos, como lo menciona Jorge Barudy: “El cerebro y el sistema nervioso constituyen una red de intercomunicación que asegura el funcionamiento de nuestro cuerpo de manera coordinada y nos permite vincularnos con otros organismos y, sobre todo, con otras personas”. Si el problema no está en una imposibilidad biológica para dar buenos tratos al otro, entonces el problema debe venir de la manera en que socializamos; de cómo recibimos lo que el otro nos da.

Desde que los niños están en el vientre son capaces de sentir, no sólo su cuerpo, sino a lo que hay afuera, es desde este momento que todos los individuos registramos experiencias, y, aunque no podamos expresar a través del lenguaje lo que sentimos, si registramos la experiencia como positiva o negativa, dolorosa o agradable. Lo que en este punto yo me pregunto es ¿Estas experiencias van marcando y delimitando la manera en que me trato a mí mismo y a los demás? En este momento, me parece de la mayor importancia retomar los planteamientos de Luciano Rispoli.

Rispoli plantea una visión holística del ser humano donde el cuerpo; con todos su órganos y sistemas, la mente; con todos los procesos cognitivos y simbólicos, las emociones; con todas sus polaridades, y las posturas del cuerpo son un núcleo, un SI. El SI es todo el individuo. Bajo ésta visión holística, Rispoli ha creado la Psicología Funcional del SI. En ella expresa que todos los individuos necesitan, para vivir en plenitud, experimentar lo que él ha denominado Experiencias básicas.

Antes de hablar de las experiencias básicas me gustaría decir qué es lo que pasa cuando estas experiencias no son vividas plenamente.

Un individuo que nunca ha experimentado la seguridad de saberse amado difícilmente puede expresar su amor a otros. Un individuo que no ha recibido buenos tratos, difícilmente puede tratar bien a los demás. Un individuo que al estar enojado no recibe la posibilidad de ser calmado, difícilmente podrá calmar y tolerar a los demás. Rispoli plantea experiencias básicas que si son vividas plenamente hacen de un niño un adulto pleno responsable de sí mismo y de los demás. Estas experiencias son:

Perder el control-Ser calmado.

Ser visto, escuchado y percibido.

Ser nutrido y recibir contacto.

Tomar y dar.

Gustarle al otro y encontrar placer en el otro.

Oposición y poder separarse.

Alegría, bienestar.

Coraje, odio.

Necesidad del otro.

Fragilidad.

Como se puede apreciar, estas experiencias pueden ser proporcionadas por cualquiera de nosotros, por cualquier persona y me parece que esta es una de las bases de los derechos humanos. Todos podemos ser adultos bien tratantes.

Los derechos humanos indican que el niño y la niña deben recibir y experimentar: una familia que les dé afecto y amor, un nombre y una nacionalidad, alimentación y la nutrición, vivir en armonía, derecho a la intimidad, al juego, derecho a la libertad de asociación y a compartir sus puntos de vista con otros, dar a conocer sus opiniones, tienen derecho a la protección contra el descuido o trato negligente y a no ser abusados ni explotados física o sexualmente.

Dar a los niños y niñas la posibilidad de vivir plenamente sus experiencias básicas es una manera de restaurar sus derechos a una vida plena.

Los talleres “Jugando con mis emociones” y “Jugando con mis emociones, mi mamá también juega” son parte de un proyecto de intervención que busca dentro de la metodología del “Psicodrama”, y tomando en cuenta las aportaciones de la “Psicología Funcional del SI”, ayudar a reestructurar en niños, madres y padres las experiencias básicas necesarias para afrontar, integrar y elaborar de manera positiva, las vivencias negativas, el estrés, la violencia y la carencia de recursos de afrontamiento, con el objetivo de construir, de manera incluyente, esferas de buenos tratos.

En el taller “Jugando con mis emociones, mi mamá también juega”, guiamos a madres y padres por un proceso que inicia en su cuerpo y termina en una autorreflexión. Madres y padres fijan su atención en su propio cuerpo; permitiéndose la experiencia de pasar de un cuerpo tenso y rígido al bienestar de un cuerpo flexible. Esto prepara a madres y padres para jugar. Pero, ¿Cuál es el objetivo de jugar? Donald Winnicott responde: “En el juego, y sólo en él, pueden el niño o el adulto crear y usar toda la personalidad, y el niño descubre su persona sólo cuando se muestra creador”. Cuando el individuo juega y es creador puede transformar y transformarse, ser él con nuevas cualidades y posibilidades. En ese momento los guiamos a revivir sus propias experiencias con la posibilidad de tomar el control. Cuando la madre o el padre se ven a sí mismos con el control están en posibilidad de afrontar de manera espontanea, positiva, creativa, su vida y sus derechos. Para que los niños y las niñas vivan plenamente sus derechos es muy importante que los adultos a cargo de su cuidado sean competentes, que tengan recursos para afrontar y guiar al pequeño ser humano. Este es el objetivo del taller para madres: Dar a padres y madres recursos de afrontamiento para acabar con la cadena, que Jorge Barudy llama: “transmisión transgeneracional de los malos tratos”.

Con esto, damos nuestra aportación para favorecer cambios en las relaciones.

Xanya M.G. (Reflexión compartida el día 13 de noviembre de 2009, Jornada Emociones, Cuerpo y Espacio, Mesa 5 "Los derechos de los niñ@s", Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Iztapalapa).